El caso se remonta a 2003, cuando 3M empezó a comercializar durante 12 años tapones militares para los oídos que, supuestamente, no protegían adecuadamente contra el ruido ocasionado al disparar. Para 2012 se habían registrado 971.990 casos de tinnitus ante el Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos.